sábado, septiembre 01, 2007

Recogiendo rencor del suelo

Ésto lo pongo aquí porque no es una buena sensación. La he tenido hoy (la sigo teniendo en mi pecho) y quiero plasmarla, quiero comprender por qué se me ha puesto una cara de carajo de dos metros.

Me paso por el restaurante y me dirijo a la barra del bar a recoger vasos y platos para cargar el lavavajillas. Allí me encuentro con una persona que hacía que no la veía mucho, y nos saludamos efusivamente. Salta una voz que se dirige a mi y es mi tío político Luis, con una castaña graciosa. Me intenta dar dos besos haciendo equilibrios en la barra del bar pero le doy la vuelta y me acerco a él para saludarle. Entre gilipolleces y golpes en el pecho me invitó a un zumo que cogí del bar, y me puse a hablar con él.

Le pregunto por cortesía cómo está la familia, y me enseña fotos del hijo de mi primo, de él y de su madre (mi tía, hermana de mi madre). Hasta ahí bien. Le pregunto por ella y me dice: A ver cuándo te pasas por allí a ver a tu tía, que le hicieron un trasplante y está más payá que pacá, depende del día -se le ensombreció visiblemente la mirada-. Pues eso, tú pásate por allí a verla antes de que la pobre se muera, que le hará una ilusión muy grande, de veras -me lanza-. -No, no digas eso Luis -respondo. He estado liado y sigo liado currando, pero me acercaré a verla.

Luego me quité de enmedio y me puse a recordar. Desgraciadamente no estoy seguro de nada porque el alcohol me ha robado la memoria, pero no... creo que aún no he recibido su pésame, y en ese preciso momento fue como si viese a mi propia madre mandándole al carajo, así que nada, la próxima vez que lo vea le diré que les deseo lo mejor en la vida a todos y cada uno de ellos, pero que yo nunca les he pedido nada y no pienso hacer nada por ellos. Le pondré un euro en la mano y no volveré a dirigirme a él.

Se acabó todo hace ya casi dos años y así se va a quedar, pero me siento como si heredase un rencor que hoy me encuentro por casualidad en el suelo.

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