sábado, diciembre 31, 2005

Incurable

Hoy me he levantado temprano, me pasa únicamente cuando me acuesto antes de las dos de la mañana... que suele ser CASI NUNCA. La cama me echa fuera, ya que me duele todo si estoy tumbado más de nueve horas... normal.

Ya desde temprano despierto y pensando, decidí ir a verla, pensé que así se me quitaría la espinita clavada. La vi, la sorprendí, sonreímos y fuimos a comprar con su madre.

Bien, bien... solo que no aguanto tener que irme, tener que despedirme. Siempre me queda eso, que aunque la haya visto, hablado con ella, reído... aún así todo llega a su fín, siempre, siempre.

Me cura el alma, pero es algo momentáneo por muchas horas que pase con ella. Luego viene el mono, la tristeza sin sentido, sé que todo fue bien pero la tengo tan dentro de mi que quisiera que estuviese a mi lado aún más.

Siempre me pasa lo mismo, esta maldita angustia, la poca fe en mí mismo, esa puta vocecita que no para de repetir que qué estoy haciendo con ella si no valgo absolutamente nada, si siempre que intento hacer algo bien me sale al contrario, si nunca estoy satisfecho con nada de lo que hago, si... si con mi actitud la obligo más de la cuenta a tener que aguantarme.

Joder, me acabo de acordar del sueño que tuve esta noche, viene a cuento: iba atravesando arbustos que cada vez eran menos espesos, y al seguir caminando desaparecía el último y todo era un llano, sin montañas al fondo, sin vejetación, sin viento, sólo el llano y el cielo, un cielo precioso de atardecer. Disfrutaba de estar así, allí, caminando a ningún sitio bajo ese precioso cielo amarillo, naranja y rojo. Solo.

Puto querer, para mí es como el tabaco, sé que es malo para mí pero no puedo dejarlo. Mierda, el que menos daño hace es el que ataca a los pulmones, el otro ataca a la mente... mierda, mierda, sólo me puedo liberar cuando estoy con ella, y las horas se convierten en minutos, los minutos en segundos... y todo el vacío de alrededor es angustia, no angustia por perderla, sino angustia por no haberle dicho todo lo que realmente siento, o por no haber hecho todo lo necesario por ella... auggg... duele.

...Y vuelta la cabra al monte. No aprendo, hay cosas que no están hechas para mí. Ojalá pueda alguna vez perdonarme, aunque a este paso ocurrirá algo mejor, que alguien me conozca en profundidad y me sacrifique como el perro rabioso que soy.


Y después de ésto, me acuesto a dormir la siesta, a tomar por culo, a ver si se me olvida todo. Luego grabaré el CD para la fiesta de esta noche.

sábado, diciembre 24, 2005

Mierda Navidad

Estoy delante del ordenador y en casa sólo estamos mi padre y yo. Él trabaja en la cocina, me he quedado un rato allí pero ambos callados. No sé de qué hablar con él, pero sé que debo hacerlo... es un jodido día triste, mierda.

Voy a intentar ayudarle en algo, hasta que se estrese de verme y me mande al carajo. Joder, sé que lo hará pronto, pero he de intentarlo.

Mierda Navidad de los cojones.